Al norte de Tailandia viven más de siete grupos de lo que se denomina minorías étnicas. Dichas tribus vivían en Tailandia incluso antes de que el país existiera como tal. Estos grupos étnicos que habitan en las montañas suelen ser un reclamo para el turismo.
Pero más allá de su exotismo y su diferencia cultural comparten una realidad: viven excluidos y en pobreza.
Esta realidad afecta especialmente a las mujeres cuya vulnerabilidad las convierte en presas fáciles para la trata de blancas. Ya mencionamos la particular situación de las mujeres hmong en la famosa Sapa, al norte de Vietnam.
Las mismas condiciones se repiten en Tailandia donde la situación es bastante parecida. Llevaba tiempo queriendo hacer un tour con una empresa que empoderara a las mujeres de las montañas. Así que, elegí Chai Lai Orchid que trabaja con la ONG Daughter Rising para dar herramientas a las karen.
Escogí un tour muy particular, relacionado con una costumbre casi al borde de la extinción: tejer. De hecho, la guía me comentó que llevaba seis meses trabajando en la empresa y que yo era la primera persona que había solicitado ese tour. Estuve un día con ellas para aprender algo de estas técnicas milenarias. Y esto fue lo que aprendí:
Tejiendo con las karen
Lo primero que hicimos fue parar en una tienda local y comprar algodón. Después, ya en la aldea donde vive la profesora, teñimos este algodón de forma natural. Elegimos hacerlo con corteza de árbol. Se escogen árboles pegajosos, cuánto más pegajoso mejor, y cortan la corteza con un machete. La parte de dentro de la corteza suele ser rojiza. Se machaca la corteza con un martillo para hacerla más blanda. Después la hierven en agua durante una hora y meten el algodón en el tinte. Así, el algodón originariamente blanco se convertirá en marrón oscuro.
Mientras el agua hervía, me enseñaron tres técnicas diferentes de tejer.
Y la verdad es que ahí fue cuando tomé conciencia de lo difícil que es. También me contaron que las nuevas generaciones apenas aprenden ya a tejer. Con sus herramientas sin motor, es muy difícíl competir con las fábricas de la ciudad de Chiang Mai. Por ejemplo, ellas en un día pueden hacer una pieza mientras que en las fábricas hacen 10.
También me enseñaron fotografías de piezas que tardan un mes en acabar y que luego venden por 25€. Esto me hizo reflexionar acerca de la costumbre de regatear, sobre todo en aquellos productos que han sido hechos a mano y por negocios locales. Es un trabajo que requiere mucho tiempo. Y como vivimos en la sociedad de la velocidad, probablemente termine extinguiéndose.
La guía me invitó a pasar una semana con ellas y aprender más del arte de tejer. Ojalá pueda quedarme una semana en un futuro cercano…
Cómo puedes ayudar a las mujeres karen y a la ONG Daughter Rising:
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Contratando un tour con Chai Lai Orchid. En este sentido, yo descartaría los tours de elefantes porque los campos donde habitan los paquidermos no están gestionados directamente por el tour operador y quizás no sean tan respetuosos con los animales como sería deseable.
- Haciendo una donación a Daughter rising. De esta manera contribuirás a la lucha contra el tráfico sexual contribuyendo a que el programa educacional llegue a las niñas que lo necesitan.
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Compartiendo este post para que se conozca el proyecto.